Plaza Grande, de la Constitución o de España: La creación de la Alameda.

24/8/24
Texto: Fernando Campuzano Domínguez
Fotografías: Mario Sánchez Román (195?).

Tras un sin fin de curvas y paisajes arbolados y rocosos llegamos a Grazalema, encaramada a las estribaciones de la Sierra del Endrinal. Una pequeña y bellísima población de tejados colorados, encaladas paredes y poderosos suelos empedrados de la provincia de Cádiz. Cualquiera de las vías de acceso que elijamos nos guiará inevitablemente a su centro urbano y allí, rodeada de sierras, nos espera la Alameda.

En el libro “Grazalema 1752. Según las Respuesta Generales del Catastro de Ensenada”, se citan varias plazas (1). La entonces llamada Plaza Chica, ahora Plaza Pequeña, junto a la Iglesia de la Encarnación y otras dos muy cercanas entre sí: La Plaza del Llano, delante del ayuntamiento y la plaza Grande entre ésta y la iglesia de La Aurora. Esta plaza Grande, posteriormente llamada de la Constitución (acorde con el momento histórico del Trienio Liberal en 1823), hoy oficialmente se denomina plaza de España.

En años posteriores Madoz, en su “Diccionario geográfico-estadístico de Andalucía”, la describe incluyendo sus dimensiones:

“... y una plaza llamada de La Constitución, situada en el centro con 110 pies de longitud y 70 de latitud, en medio de la cual se ha formado una Alameda circunvalada de asientos interpuestos de varias flores y otras plantas aromáticas, que hacen el local muy delicioso y recreativo” (2).

En esta cita encontramos la referencia al elemento urbanístico que dará nombre al centro vital de nuestro pueblo a lo largo de los últimos dos siglos: La Alameda.

Recientemente nuestro amigo y paisano José Manuel Amarillo compartió en facebook un interesante documento de 1837 sobre la fecha de su construcción, ubicación y el estado en que se encontraba La Alameda:

“El que había sido alcalde de Grazalema en dos periodos anteriores, Juan Jiménez y Jiménez […] Jiménez expuso en un amplio escrito que durante su mandato, en los años 1837 y 1838, “se emprendió la formación de una presiosa Alameda o Salón en la actual Plaza de la Constitución, con cargo al presupuesto provincial de gastos para Obras de Utilidad y Ornato, siendo adornada con árboles, arbustos, presiosos rosales y cómodos asientos espaldados, convirtiendo en ameno y delicioso lo que antes fue un albañal inmundo tan contrario a la salud pública, centro de cuanto pestiferio descendía de toda la población conducido por las aguas pluentes, donde se motivaban pernisiosos fetores que eran germen de inmensidad verminosa y de muchos insectos. Se construyó sin causar perjuicio al tránsito y con amplitud suficiente para la venta de cereales, frutas y verduras. Fueron necesarias 4.000 ceronadas de escombro y arena para su relleno y se construyeron canales para que corriera el agua llovediza, adornándose el lugar con faroles de reverbero.”

En el mismo documento nos dice que se renovaron varias fuentes durante el mandato de este alcalde, entre ellas debía estar la de la Alameda, cuyo pilón en su parte frontal tiene su leyenda y año de construcción:

“Bartolomé Garsía me hizo en 1837”.

Es así cómo se originó esta plaza, que ha sido desde entonces centro neurálgico de Grazalema.

Vista del ayuntamiento, en la "Plaza del Llano", y la Iglesia de La Encarnación en la "Plaza Chica"; a la derecha se observa el muro que rodeaba la "Plaza Grande".
La Iglesia de la Aurora al fondo de "la Alameda", antiguamente Plaza Grande.

Origen


1. Grazalema 1752. Según las Respuesta Generales del Catastro de Ensenada (Pág. 18).
2. Madoz, Pascual : Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones en ultramar 1845-1850. Edición facsímil. Cádiz. Ambito Ediciones Cádiz. 1986. (pág.225 y 226)
Fotografías: Del Arco. La Alameda. Portafolio fotográfico de Andalucía, cuaderno nº 66, Grazalema.

Casi un siglo después Giese, Wilhelm en “Serranía y campiña de Cádiz.” nos dice que nuestra plaza:

“… junto con la de Arcos y Olvera [...] dan más imagen de un patio alemán”.

Es posible que sea debido a un entorno entre sierras, a una Aurora pétrea y al estar encajonada  por calles y por casas, algunas señoriales, que la protegen. Solo hacia su parte frontal, delante del Ayuntamiento se abre y da una visión más amplia, que actualmente mantiene.

Para Giese, la función de mercado de la Alameda ha dejado de existir, pues las relaciones comerciales se hacen en la calle Hospital. Nos habla de que las plazas que ha visitado en la sierra y la campiña son generalmente

“... en la mayoría de los casos cuadradas o tendiendo a ese perfil y en menor medida rectangulares” (4).

La de nuestro pueblo nos la describe de esta manera:

“En Grazalema, esta aparece guarnecida por un pequeño muro en el punto donde surge un desnivel entre el lugar llano por excelencia y la calle [...] Se encuentra rodeada de árboles de copa ancha en dos de los cuatro costados”.

Desde entonces, la Alameda ha experimentado varias reformas que han ajustado su diseño y funcionalidad a las necesidades actuales. Los antiguos bancos de piedra fueron reemplazados por bancos de forja, las acacias sustituidas por plátanos y hoy en día gran parte de su superficie está ocupada por las terrazas de los bares que la rodean.

Aún así, los niños continúan encontrando en sus rincones el espacio perfecto para jugar, y la Alameda sigue siendo, como lo ha sido durante siglos, el principal punto de encuentro de Grazalema, conjugando historia, tradición y vida cotidiana en un entorno que, pese a los cambios, mantiene su esencia y sigue siendo el centro de la vida cotidiana del pueblo.

Remodelación del ayuntamiento junto a la "Plaza del Llano".

Evolución


3. Giese, Wilhelm en “Serranía y campiña de Cádiz. Servicio de publicaciones de la Universidad de Cádiz. Cádiz.1996.” (Pág. 209).
4. Giese , Wilhelm : Sierra y campiña de Cádiz. Servicio de publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1996. (Pág. 208 y 209).