Origen y evolución del trazado urbano de Grazalema.

28/6/24
Texto: Fernando Campuzano Domínguez
Fotografías: Mario Sánchez Román (1955 y 1957)

Son muchos los viajeros, botánicos, ornitólogos o sencillos caminantes, extranjeros o nacionales, que en los siglos XIX o XX han recorrido nuestra Sierra de Grazalema en Cádiz. Algunos vinieron para conocer una región que todavía conservaba el misterio del exotismo musulman. A otros los motivó la atracción de un encuentro en el camino de Gibraltar con un bandolero o un contrabandista de tabaco de época romántica. Muchos también se acercaron para dibujar o estudiar nuestras aves entre riscos y peñascos. Los hay que llegaron en la búsqueda de ese árbol mágico entre abeto y pino, el pinsapo, del que oyeron hablar o citaron colegas anteriores. Existen aquellos que decidieron visitarnos para recuperar la salud aprovechando la pureza de sus aires, haciendo reposo con estancias periódicas o prolongadas, aconsejados por sabios facultativos.

Los testimonios, escritos, descripciones y narraciones de Grazalema y su entorno son muchas y variadas. Destacaremos aquí solamente aquellas relacionadas con el aspecto urbano.

A mediados del siglo XIX Pascual Madoz nos da una visión del caserío de Grazalema:

“Forman la población unas 2000 casas de mediana construcción, entre ellas, la municipalidad, repartida en diversas calles…” (1).

Si elegimos el testimonio del filólogo alemán W.Giese que recorrió la Sierra y Campiña de Cádiz entre septiembre y octubre del año 1932 leemos:

“...la urbanización no es despreciable, de manera que surge un extraño cuadrante de terreno construido, que se resalta - en los extremos meridionales - por sendas Iglesias, mientras que en el extremo norte asoma otra sobre la ligera inclinación de los tejados…”. 

“Las calles que contemplan la perspectiva de la ciudad, esencialmente, dos los cuales suben en paralelo de Norte a Sur. Pocas corren en sentido perpendicular. Otras en los bordes del núcleo urbano, se repliegan acomodándose al terreno” (2).

Las iglesias citadas son la Aurora y Nª. Sª. de la Encarnación al sur y San José al norte. Y las calles nombradas son Las Piedras (antigua de Santo Cristo) y Arcos (antiguamente llamadas Mateos Gago, Canalejas o Garcia y Galán según el viento político que tocara).

Bien entrado los ochenta del siglo veinte, Suárez Japón nos describe la altitud o el tipo de plano:

“... la mayor parte del casco urbano está comprendido entre los 870 y los 850 metros [...] El plano se acomoda con claridad al tipo lineal, configurando un conjunto cerrado, compacto, agrupado [...] Se estructura sobre unos ejes viales paralelos entre sí, que dibujan manzanas regulares, de forma rectangular [...] Existen otras calles en este mismo sentido longitudinal que no llegan a alcanzar la magnitud ni la importancia de las referidas [...] Todas ellas tienen también, sin embargo, mayor amplitud que las perpendiculares al sentido principal [...] Estas calles suelen ser estrechas y cortas con alguna ligera pendiente…“ (3)

Vista de Grazalema desde la Sierra del Endrinal, en la ladera de El Calvario.
Vista de la calle Arcos, antiguamente llamada Mateos Gago, Canalejas o Garcia y Galán.

Descripciones


1. Madoz, Pascual : Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones en ultramar 1845-1850. Edición facsímil. Cádiz. Ambito Ediciones Cádiz. 1986. Pág. 225 y 226.
2. Giese, Wilhelm : Sierra y campiña de Cádiz. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz. Cádiz .1996. Pág. 45 y 46.
3. Suárez Japón, Juan Manuel : El hábitat rural en la Sierra de Cádiz. Diputación de Cádiz . Cádiz. Segunda edición .1987. Pág. 361 y siguientes.

Estructura y límites urbanos.

La villa de Grazalema ubicada en la provincia de Cádiz como núcleo urbano nace partiendo desde un pequeño entramado nazarí alrededor de las actuales iglesias de San Juan y Nª Sª de la Encarnación. Durante la edad moderna adquiere su actual fisonomía y ello es debido gracias a su riqueza basada en su industria textil que ocupaba a más de cuatro mil habitantes que tenían su sustento en esta labor (4). Las fuentes escritas como El Catastro de Ensenada de 1752 nos muestran con claridad los límites de su término municipal:

“... de la Rosa de Calderón, que está a levante, a la Loma de Albarracín, que está a poniente; y desde Cabeza de Jarro, que es norte, a el Cortijo de los Álamos, que es el sur…” (5).

Grazalema tiene la formación de su estructura urbana alrededor de un eje con dos calles paralelas. Serían C/ Las Piedras y la C/ Arcos. A ambas las atraviesan otra media docena de vías más pequeñas en anchura, como la Callejilla de S. Juan o el Callejón de S. José. Antaño Grazalema tenía un límite entre el Barrio Alto y Bajo a la altura de la Calle de la Fuentezuela. A rasgos generales era la frontera que separaba a las clases humildes y a las clases con cierto poderío económico.(6)

La ubicación del caserío se hace, por una parte, siguiendo el margen derecho del río Guadalete, en su cabecera alta y descendiendo hasta los cortes de Los Asomaderos, El Tajo y Los Cerrillos. Por el contrario, en la opuesta margen apenas existían viviendas .

El otro límite lo pone la falda de la Sierra del Endrinal donde casas humildes de menores dimensiones se comprimen adaptándose a una orografía llena de pendientes y pedregales.

Si el extremo superior de la villa en la cabecera del río Guadalete es el principio de esta, su finalización lo hace en el barrio de Los Ángeles y la calle Fontana, un apéndice apartado del pueblo que tiene su nexo de unión con el núcleo urbano a través de El Cerrillo y Puerta de la Villa.

Vista de la calle Agua en la que se ve el pilón que servía agua para las bestias.

Origen


4. Madoz, Pascual. Pág. 225 y 226.

5. Ensenada: Grazalema, 1752. Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. Tabapress, S. A. Alcabala del Viento. Madrid. 1996. Pág: 71.
Serrán Pagán, Ginés: Cultura e historia de Grazalema. Replanteamiento de la antropología de un pueblo andaluz. Caja de Ahorros de Ronda. Málaga. 1984. Pág. 88.

Aproximación a la evolución urbana.

Durante la época Nazarí, Sagrazalema estaba amurallada, tenía sus puertas y una casa almenada. Existían dentro de su término (alfoz) varios lugares (alquerías) diseminadas: Alcornocal de Boas, Peñaloxa y Gaidovar (7)

Tras la conquista de Ronda y toda su serranía, en 1485, por Rodrigo Ponce de León, Grazalema, Villaluenga, Benaocaz y Ubrique pasan a formar parte del patrimonio de la Casa de Arcos bajo el nombre de Las Siete Villas. (8)

Todo cambia cuando la población musulmana decide sublevarse, entre el otoño de 1500 y primavera del 1501, por la intolerancia religiosa y la presión de la población cristiana. Son sometidos y obligados a convertirse, marchar al Norte de África o dispersarse por la Serranía.

Una nueva población de repobladores es traída y atraída con beneficios fiscales y repartos de tierra por parte de Doña Beatriz Pacheco viuda de Don Rodrigo Ponce de León. Proceden de Arcos, Zahara, Ronda, Utrera, Jerez, Olvera, Bornos, Vejer, Alcalá, Arahal, Málaga… En Grazalema se instalaron 12 caballeros y 62 peones. (9)

Avanzando el tiempo, ya en los siglos XVII y XVIII, va tomando forma urbanísticamente nuestro pueblo. En el S.XVII se reforma y reconstruye la Iglesia de la Encarnación(10) y se tiene fuerza económica para comprar al Duque de Arcos los Oficios Jurisdiccionales. (11)

Bien entrado el siglo XVIII es el momento álgido del urbanismo grazalemeño. Están configuradas las plazas Grande, Chica, del Llano y de San Juan. Se amplía el edificio del Cabildo, comprando dos casas en la plaza del LLano que harán de cárcel. Se presupuesta la fábrica del Puente de la Fuente (Abajo), entre otras construcciones. (12)

A los pocos años Fray Buena Ventura de Ubrique da los planos para la edificación de Los Calvarios en los pueblos Serranos (13). Hacia el 1800 está construida La Aurora (14) 

Tras el nefasto paréntesis imperial napoleónico, donde se arrasan y queman tres cuartas partes de la Villa (15), ésta resurge y es capaz de levantar en el 1837 La Alameda (16).

El ascenso de casas señoriales tanto civiles como religiosas por las calles Arcos, Las Piedras o Nueva ha sido imparable y es visible en la actualidad. La conquista de la falda de la Sierra del Endrinal y los tajos de El Cortinal, de El Asomadero, o Los Cerrillos con humildes casitas, está completada. Y todo ello gracias a una industria pañera que consumía más de treinta mil arrobas de lana desde mediados del siglo pasado (17). Grazalema empieza a ser conocida como Cádiz El Chico.

Durante unas décadas más se mantiene la tónica general, pero lentamente su economía va descendiendo y de igual manera el trazado urbano le acompaña en su declive. La competencia textil algodonera Catalana, las malas condiciones de los caminos y vías de comunicación y la corta innovación que se producen en la maquinaria, llevan a Grazalema a la ruina. (18)  Y esto se refleja en la fisonomía del trazado urbano pringón. Las pequeñas casas de la sierra y tajos quedan como corrales tras derrumbarse. Sus tejados o se caen o son desmontados para vender sus tejas en Montecorto y alrededores. (19)

Para el año 1932 se está construyendo una nueva plaza, que es El Asomadero (Plaza de Villalobos). (20) La Guerra Civil paraliza su construcción al igual que las carreteras de El Boyar o Las Palomas. Los años oscuros de la postguerra o del hambre siguen retrayendo el entramado urbano.

La apertura del régimen franquista con los acuerdos hispano-norteamericanos de 1953 comienzan a traer un rayo de luz al país. Son años donde se transforma el antiguo Pósito de Grano en centro sanitario (la casa del médico), se edifica el cuartel de la Guardia Civil en su lugar actual. El antiguo solar de la Benemérita se transformará en edificio educativo    (el colegio viejo). El Mercado de Abasto con su famoso Bar de Juan Lara aparecerá por esta época. Para el 18 de julio del año 1959 se quiere inaugurar el Hogar de Juventudes, actual Oficina de Información en El Asomadero.(21)

Se prosigue con arreglos de calles e infraestructuras básicas como las llevadas a cabo en la calle Las Piedras. Avanza la avenida de El Asomadero, que será acabada ya dentro del nuevo régimen democrático.

La Democracia proseguirá con la creación de infraestructuras tan necesarias y escasas, como la definitiva traída del agua a Grazalema y a los pueblos hermanos y vecinos de Villaluenga y Benaocaz. Nace el Parque Natural y el turismo se convierte en una nueva fuente de ingresos. Se mantiene a duras penas su estructura urbana interior que no sufrirá grandes cambios pero sí rehabilitación y construcción de solares o corrales antaño abandonados.

Evolución


7. Devís Márquez, Federico : Mayorazgo y cambio político. Estudios sobre el mayorazgo de la Casa de Arcos al final de la Edad Media. Universidad de Cádiz. 1999.Pág. 105 y siguientes.

8. Acién Almansa, M. Ronda y su serranía en los tiempos de los Reyes Católicos. Universidad de Málaga. Málaga. 1979. Pág: 161 a 192.

9. V.V.A.A. Frontera, repoblación señorial y patrimonio mancomunado en Andalucia. Las Siete Villas de la Serranía de Villaluenga . 1502 - 2002. Editorial Tréveris. Ubrique. 2002. Pág : 39

10. Salas, Diego: Raíces de Grazalema. Iglesia de la Encarnación. Página Web.

11. Serrán Pagán, Ginés: Cultura e historia de Grazalema. Replanteamiento de la antropología de un pueblo andaluz. Caja de Ahorros de Ronda. Málaga. 1984. Pág. 118 a 122.

12. Sánchez del Arco Y Chezo, Domingo: Grazalema. Editorial la Serranía S. L. Alcalá del Valle. 2021. Introducción de Siles Guerrero, Francisco. Pág: 20 y siguientes.
 
12. Ensenada . Pág. 256.

13. Benitez Román, Antonio y GOnzalez Montero, Juan Manuel: Villaluenga del Rosario. Su historia a través de imágenes. Diputación de Cádiz. Cádiz. 2007. Pág: 28.


14. Salas, Diego: Raíces de Grazalema. La Aurora. Página Web.

15. De Rocca, Albert-Jean-Michel: Memorias sobre la Guerra de los franceses en España. Editorial Sílex. Madrid. 2001. (Editores). Aymes, Jean-René y Bittoun-Debruyne, Nathalie. Testimonio de un oficial francés que participó en el ataque a Grazalema. 141 y siguientes.

V.V.A.A.: Estudios sobre la Guerra de la Independencia de España en la provincia de Cádiz. Junta de Andalucía. Consejería de Gobernación. Córdoba. 2012. Capítulo de Grazalema. Pág: 269 a 280.

16. Documento propiedad de Amarillo, Jose Manuel . En él se nos confirma que la Alameda se edificó en 1837, además de otras curiosas noticias que serán publicadas muy pronto. Y todo gracias a la generosidad intrínseca de este vecino y paisano.

17. Ensenada Pág. 97 y Madoz Pág 225 y 226

18. Serrán Pagán, Ginés. Pág 29 y siguientes.

19. Pitt- Rivers, Julián A. : Un pueblo de la Sierra: Grazalema. Alianza Editorial.Madrid . 1989. 2002 Pág. 43.

20. Giese, Wlhein. Pág: 211.

 21. Revista Zulema. Núm. 2. Abril de 1959. Grazalema. Revista con hojas mecanografiadas. Gentileza de Nacho Castro.